El ensayista porteño, Rafael Cippolini analizó en su blog el fenómeno de la sobreinformación que todos sufrimos en la era de la comunicación. Claro y preciso, sintetizó:
"Demasiada información existió siempre: la gran novedad, la que en el presente logra la diferencia, es que desde hace algunas décadas experimentamos el acceso a enormes cantidades de información por un número invariablemente creciente de personas. No sólo se produce más información, sino que ella está cada vez más cerca nuestro.
Lo que aterra y paraliza no es lo inabarcable de esta disponibilidad, sino por el contrario, que los mediadores pierden potencia y poder minuto a minuto".
"Una de las operativas básicas del ejercicio del poder se recostaba sobre este principio: tu cerebro permanecía más liviano porque alguien mediaba entre la información y vos.[…]Ninguna otra cosa es la sociabilidad: consumir determinado tipo de información y utilizarla en consecuencia. Pero hoy los mediadores han mutado. Una vez más estás frente al gran archivo de la humanidad, y con herramientas de navegación que resultan infinitamente más certeras que cualquier astrolabio".
"Somos un producto del capitalismo cognitivo: no usamos ni somos usados por la información. Somos información. Perdón: somos sobreinformación", disparó Cippolini.
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